lunes, 31 de agosto de 2015

Las VegasIII: Las bingueras 2.0. Pelma Pajares y Antonia Esteso se debancan a sí mismas

Tras la travesía por el desierto (la segunda del día) en busca del cartel de la "Welcome to Las Vegas" y rechazar a que el amable taxista nos llevara a la civilización, nuestras heroínas de la batamanta en medio de un ataque de inconsciencia decidieron volver andando para ver las capillas y las zonas chungas de las Vegas desde la acera derecha del Strip. ¿Había necesidad? No, pero lo hicieron.
Y en esta peregrinación para volver al centro del juego y el pecado entraron en la licorería más chunga de la ciudad a avituallarse. Está indicada en nuestra guía de la cara B de Las Vegas como un lugar de referencia a no perderse. A esas horas encontraron cerradas la capilla, la echadora de cartas, el chamán y la pedicura. Ojo, eran las 11 de la noche de una ciudad que se supone que no duerme. Pues a esas horas, ni casarte, ni que te lean la palma de la mano, ni un mal conjuro. Otra cosa es si quieres jugar y beber sin conocimiento ni límite. Entonces son todo facilidades. Mola, no?
Y tampoco fue fácil encontrar un sitio para cenar, pero dieron con el chino-noodles donde la china camarera apenas hablaba inglés. Pedí la password de la wifi y nos trae un cartón escrito en chino, la comanda y la cuenta también en chino. ¿Estamos en Las Vegas o en un cantón de Manchuria?
Proseguimos hacia el hotel y ya eran las 12 de la noche, después haber dormido poco, haber andado unos 20 km bajo un calor infernal y la sensación de que está muy bien ver la cara B de las Vegas, pero ya que ya estaba bien de hacer el capullo, nos pusimos en modo Scarlett y a Dios pusimos por testigo de que no nos íbamos de las Vegas sin jugar. Y eso que teníamos unas ganas de jugar.. casi tanto como de volver andando a buscar el cartel del Welcome to the Fabulous Las Vegas.
Llegamos al casino de nuestro hotel y ahí empieza la aventura de las bingueras 2.0. Cuando paseas por el casino a las 7 de la mañana no sabes si es que la gente madruga para jugar o es que todavía no se ha acostado. Hacemos rueda de reconocimiento a la mesa de los dados y como no tenemos ni idea de jugar, decidimos que mejor no arriesgar más no vaya a ser que nos despeluchen
Quiero hacer un inciso y dejar claro nuestro prespuesto para el juego: 22 dólares. Ojo, que vamos a lo loco y a lo grande.
¿Cómo cambiar fichas para la ruleta? Pues como Antonia es muy echada pa´lante se mete en la zona de los crupiers a preguntar. Nada menos! Que eso en Las Vegas es como profanar un cementerio. Así que salieron de allí tres mujeres (dos crupiers y la jefa del cotarro) como pumas a echarla. Antonia con los brazos en alto no entendía nada y la gente nos miraba como si fuéramos lo peor de Las Vegas. Yo soy lo peor de mi estirpe, pero después lo que hemos visto allí, NO somos Lo Peor de las Vegas. Exóticas, patosas, despistadas, raras. Llámanos peculiares, pero Lo Peor NO. Que nosotras hemos tomado el transporte público, pateado los arrabales de las Vegas y entrado en la licorería más chunga de la city. Sólo nos faltó ir a una tienda de armamento.
Cambiamos 20 dólares para la ruleta y decidimos apostar todo el 20 porque así nos lo ha indicado la madre de Antonia. Si no hemos hecho caso a nuestras madres en la vida, ¿por qué ahora sí? Ni idea, pero ahí que vamos, recapacitamos y decidimos que mejor lo jugamos en dos tiradas de 10 dólares cada una. Por supuesto, lo perdemos y decidimos que nos vamos a las máquinas a jugar billetes de 1 dolar (y sólo juntamos dos billetes entre las dos).
Dado que nos damos a todos los vicios menos el juego, no entendemos nada de las máquinas y elegimos por colores y luces. Nos sentamos en la primera y jugamos 1 dólar, ganando 1,20. Guauuuuuuuuuuuuuu nos vamos a forrar!! Quiero hacer un inciso y es que cuando ganas no te dan dinero, te dan un vale canjeable en la ventanillas de "rewards". Y claro, como es un papelucho, lo metemos y volvemos a jugar, perdiendo hasta el ultimo céntimo.
Mientras tanto camareras muy poco tapadas vienen a ofrecernos algo de beber al módico precio de 1 dólar por el hecho de estar jugando. Somos una lacra para los casinos: gastamos poco y si encima pagamos las copas a 1 dólar podemos quebrar cualquier casino.
Cambiamos de máquina en plan binguero profesional supersticioso y jugamos a lo grande: otro dólar! Y esta vez ganamos la friolera de 0,20 $. Bueno, hacemos la ola, la danza de la lluvia india y bailamos la mayonesa, pero el vale no sale. Entonces viene un hombre y le dice a Antonia que se levante de la silla y ella muy digna le dice que gracias, pero que no queremos tomar nada. Se lo vuelve a decir y ella se resiste como Moscardó en el Alcázar. Y a la tercera, ya casi por el suelo de la risa le digo que se levante y entonces ella mira a ambos lados y decide dejar la máquina del euromillón, esa que nos va a sacar de esta vida de pobreza y decadencia moral y económica, y se levanta. Entonces el handyman/supervaisor/machinemanager/comosellame, abre la máquina con su tarjeta especial y nos da el vale de 0,2 $, el cual decidimos en medio de un ataque de locura transitoria no jugar y guardar de recuerdo.
Entre el estupor y el horror, el hombre que debe haber visto de todo en este mundo salvo a estas dos experirmentadas travelwriter de sideB, nos mira por encima del hombro y desaparece.
Decidimos por fin, con nuestro botín, irnos a dormir como dos señoras no sin antes dejar una nota a la bride que se hospeda dos puertas más adelante que nosotras en el hotel.

1 comentario:

  1. Me EN-CAN-TA esta entrada. Sois lo más! Yo de mayor también quiero ir a las Vegas en modo binguero. Igual allí hasta me daban ganas de casarme (ironic mode: ON). Cuenta mas, que estoy enganchada!

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