Haciendo balance de anoche: tengo un dolor de cabeza imposible, en
mi bolso aparecen una rosa y un balón hinchable azul y el grupo de Whatsapp
creado ayer está enviando fotos que nos recuerdan cómo se nos fue de las
manos.
Ayer por la noche, no sólo comprendí el
dicho de madre "a esas horas está lo peor de cada casa", sino que
formé parte de "los peores de cada casa". Soy, lo peor de mi casa, lo
peor de mi estirpe. Soy, sencillamente, Lo Peor.
Una noche más y ayudada del concejal de
gastronomía y eventos que me cedió su brazo gran parte de la noche para que no
perdiera el equilibrio (los tacones, el eyeliner y el limón rancio de las copas
pueden llegar a desestabilizar a cualquiera) fuimos las Paris Hilton del
barrio Salamanca, saltando de fiesta en fiesta como si no hubiera un mañana. Un
mañana que es hoy en el que yo tendría que estar trabajando, pero que en mi
estado es preferible reposar que crear un caos tributario.
Después de dejar nuestra impronta en el Club M, fuimos a la fiesta
privada en Flav, y como somos así de soberbios, nos pasamos por el forro los
consejos de la gente de Flav: No vayáis a ese sitio, sólo hay vampiros de más
de 50 años.
Y nos pudo el morbo. El concejal de asuntos gastronómicos, la
señora del la gran melena y servidora, no sólo fuimos, sino que arrastramos a
toda la fiesta privada, o lo que quedaba de ella, a ese averno de perdición,
señores de mediana-alta edad y chonis de toda condición y provincias.
No puedo recordar su nombre ¿Ancora? ¿Ambrosía? ¿Ambiciones?, y
ahora mismo no sé si recomendarlo o borrarlo para siempre de mi memoria. Lo
daré otra pensada cuando el riego vuelva a mi cerebro.
Y como la cabra siempre tira al monte, no hay fiesta que se precie
que no tenga el Pavo Real de El Puma y le tenemos un recuerdo entrañable,
acabamos en el ex mítico Tony2.
Y aquí es donde me voy a indignar, en mi nombre, el de todos mis compañeros y el mío primero. Somos
VIP, Somos Paris Hiltons, Somos Lo Peor de cada casa, pero al fin y al cabo
somos El-Alma-de-la-Fiesta. Porque lo damos todo: lo tuyo, lo mío, lo nuestro y
lo de la prima de Cuenca.
Y el portero osa decirnos de “SON 10 EUROS”!! A Nosotros, que
hemos creado el mito del Tony2.
A Nosotros, que igual que lo hemos creado, podemos destruirlo.
Y no contento con eso, a un trío con perro que viene después de
nosotros, no les deja entrar con su perra. Ni pagando! Por el amor de Dios, si
a esa hora la perra es mucho más señora que muchas de las lagartas que habría
allí dentro.
No ser petfriendly es una ordinariez, querer cobrarnos a nosotros
en la puerta, que nos bebemos hasta el agua de los jarrones, es una ordinariez.
Tony2: Eres un ordinario. Tony2: Estás acabado. Tony2: Tú ni siquiera eres lo
peor de tu estirpe. Yo sí lo soy.