jueves, 8 de enero de 2015

El hombre de la semana

Pladuleros+pintores+electricistas=caldera rota, por no estar invitada al fiesta del caos.
Y para no acusar a nadie en balde, busqué tres fuentes fiables con las que contrastar el diagnóstico: La mujer o madre del fontanero, mi amigo Aurelio y una teleoperadora del servicio técnico. Así que uní las piezas: "eso es algo eléctrico" "no es la bomba y eso me acojona" y "son 200 € la primera visita", e hice cálculo mental con que la broma del arreglo de la caldera que tiene mas de 15 años salía por unos 500 €. Caldera nueva: 1.000 €. No lo dudé y fui a Thisa, donde me dieron presupuesto de caldera y el teléfono del instalador de referencia: J.C., al que denominaremos el "hombre de la semana". Le llamo y me dice que está cerca de mi casa y que se va a pasar para ver cuánta obra tiene la instalación. Como yo no estaba ya en la guarida del oso (por el frío que hace sin calefacción y con un minicalefactor desde hace 5 días), le digo que hable con el personaje fundamental de la casa: Encarna, mi portera.
Me llaman la pareja JC-Encarna desde la cocina de mi casa para contarme que al "tocar" se ha ido la luz y el diagnóstico final es: señora ¿tenía usted un termostato, verdad? ¿Se lo han quitado los obreros? Sí y sí, porque hace tiempo que lo condené. Respuesta: "Pues aunque usted no lo veía, seguían conectados. Esos cables que asoman por detrás de los tubos dan corriente" "Ya tiene usted calefacción" Omito la conversación en que  insinúa que soy lerda por querer comprar una caldera nueva, cuando el problema era tan sencillo... Tócate los pies con JC: ¿Le pongo yo a él a liquidar un IVA intracomunitario?
Entonces yo que soy muy cumplida y quiero pagarle la visita, le digo que si puede pasar a más tarde a quitar los cables esos que dan corriente* y de paso le pago. Y me dice algo así como que tienen mucho lío.. cuando en realidad me estaba diciendo: "No me toque más los cojones con sus chorradas"
*Reconozco que tengo tanto miedo a la electricidad como a morir devorada por un tiburón o una anaconda. De hecho, cuando tengo que poner una bombilla, bajo el diferencial de toda la casa. Y si tuviera que tocar un cable, no dudaría en entrar en el cuarto de contadores de la finca para apagarlo todo.

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